De acuerdo con la literatura médica, las personas que nacen con síndrome de Down tienen una alteración genética a causa de la presencia de un cromosoma adicional, o vienen con una parte adicional del mismo. Esta situación les genera, adicionalmente, una discapacidad intelectual. Lo que no dicen los expertos es que también llegan al mundo con dosis extras de amor, solidaridad, fortaleza y con grandes deseos de aprender y, por qué no, de dar lecciones de vida a quienes conviven a su alrededor.
Jessica Bermúdez es una joven de 28 años que nació con este cromosoma adicional. Sin embargo, tiene todo el talento y las facultades para desenvolverse socialmente y ser una hija y hermana cariñosa; cuenta con la actitud para seguir sus clases de periodismo de parte de una fundación y para lograr su sueño de presentar contenidos audiovisuales. También, el impulso para crear su propio negocio de bisutería con su señora madre, el cual ha contado con el apoyo del Distrito para darse a conocer en diferentes espacios comerciales.
“Soy emprendedora, hago bisutería y artesanías. Tengo productos como aretes, manillas, anillos y madera country”, afirmó Jessica, señalando diferentes muestras que tiene en una de las habitaciones del apartamento en el que vive con su mamá y sus dos hermanos menores. “Asisto a varias ferias distritales, que son un apoyo porque allá las personas nos hacen encargos”, aseguró. Su tesón y actitud positiva en estos eventos, en los que participa desde 2011, le han valido reconocimientos como el galardón en la categoría ´Emprendimiento´ de la Gala de exaltación de personas con discapacidad del año 2016.
A su lado siempre está su mamá, Adriana Rojas, una mujer cabeza de hogar que se ha constituido en la figura clave para el logro de los proyectos de su hija. Ella, licenciada en pedagogía infantil, le brindó a Jessica los primeros estímulos desde antes de cumplir el primer mes de vida, en diciembre de 1994, para que lograr hacer lo que quisiera, como lo haría cualquier niño, “aunque de una manera diferente y a una edad más tardía”, como se lo advirtió el médico genetista en ese entonces.
“La llegada de Jessica fue difícil, era la primera y yo tenía 22 años. Fue muy duro saber que ella tenía síndrome de Down, pero la recibimos con mucho amor”, expresó la señora Rojas, quien atribuye a su segundo hijo, nacido 14 meses después de Jessica, el factor que favoreció la evolución de la niña. “Ellos fueron como gemelos. El desarrollo del niño la impulsó a ella; dieron sus primeros pasos juntos y jugaron y estudiaron en el mismo colegio”.
Ahora es Jessica quien ´jalona´ la estabilidad emocional de su familia. A su mamá le dio fuerzas y la certeza de que iba a superar el segundo cáncer que ha tenido que afrontar y, para sus hermanos, es la niña de la casa. “Ellos la quieren muchísimo; hace poco tuvo un novio y estaban súper celosos”, sostuvo Adriana, quien sonríe al recordar que “ella decía que se iba a casar, pero los hermanos le respondían ´eso lo veremos´. Ella es la niña de la casa y lo será siempre”.
Gracias a esta fortaleza. Jessica pudo superar un problema de salud muy complejo que vivió en 2017, cuando contrajo una neumonía bacteriana muy grave, al punto de que los médicos no le daban esperanzas de sobrevivir. “Una madrugada recibí una llamada de un número desconocido”, señaló Adriana, quien pensó que la llamada era para informarle que su hija había muerto; Afortunadamente, era lo contrario. “Una enfermera se comunicó conmigo para decirme que la niña estaba súper bien y que me necesitaba ya. Lo primero que me dijo la niña cuando llegué fue ´mamá, no llore´. Quince días después, salió sana y sin necesidad de oxígeno”, manifestó la señora Rojas.
Jessica es una joven de retos, entre los que se cuenta haber participado en las olimpiadas de la Universidad Manuela Beltrán y haber sido la imagen del evento durante tres años seguidos. Ahora tiene desafíos como hacer un curso de alambrismo para tener un tipo adicional de bisutería, que se pueden conocer a través de su cuenta de Instagram jessy.co_novedades; avanzar con su curso virtual de periodismo, en el que lleva siete meses, y que le ha dado satisfacciones como conocer a su presentador favorito, Felipe Arias; además de divertirse junto a su mamá escuchando, todas las tardes, las canciones de Andrea Echeverry y de Karol G.
